Horacio Villaseñor Manzanedo*
Lo que no tenemos y estamos deseando, toda la sociedad, es un Área Metropolitana de Guadalajara segura, moderna, bella, con amplios espacios verdes, plazas y vías de circulación bien conservadas. Los gobiernos de la ciudad deberían asegurar estas condiciones con el objeto de posibilitar el progreso, el desarrollo y la prosperidad que es el sello de los tiempos modernos en otras ciudades del mundo. No es cierto que el crecimiento urbano y la falta de recursos sea razón por la que los gobiernos municipales no puedan cumplir con sus obligaciones constitucionales. En realidad, lo que falta es inteligencia, ingenio, aptitud, capacidad y profesionalismo para organizar y dirigir la administración o las administraciones que se requieren en cada caso. No hay efectividad, ni la habrá con la lamentable y común práctica de invitar a familiares, afectos, conocidos, camaradas y “paleros” a conformar los equipos públicos directivos, sin más mérito que el de haber ayudado en la campaña política ganadora. En mi opinión, los gobiernos municipales, en la metrópoli, pueden recuperar sus capacidades bajo el concepto de “ciudad de ciudades” sin necesidad de intervenir y modificar la Constitución Política de México, hacia la creación de una nueva figura de gobierno intermedia entre el municipio y el Estado. La solución a los problemas generados por ayuntamientos incumplidos e ineptos es mucho más sencilla de lo que parece. No es necesario cambiar leyes ni reglamentos, el problema es de falta de capacidad, experiencia, profesionalismo y visión de los “funcionarios” actuales, esos de “confianza” del jefe que solo sirven para que les aplaudan, feliciten y adulen. Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá conforman la zona metropolitana e integran la gran ciudad que por su tamaño dificulta la detección de las anomalías o deficiencias y su atención inmediata, por lo que urge creatividad para implementar una nueva forma de gobernarla, iniciando un proceso focalizado solo en ellos cuatro. El terrible error de decretar un Área Metropolitana de Guadalajara, con nueve municipios que no constituyen un único centro de población, solo ha servido para complicar todo, distraer, gastar más, perder el tiempo y retrasar el camino correcto para resolver los hoy agravados problemas públicos. La “ciudad de ciudades”, que no es otra cosa que un sistema de ciudades en la gran ciudad es el camino correcto y no el gobierno metropolitano. En lugar de pensar en “metropolizar” los servicios públicos, que es intermunicipalizarlos, se deben “descentralizar” dotando de todo lo necesario a cada uno de los distritos urbanos en los que se encuentra dividida la metrópoli, fortaleciendo los municipios con directivos capaces. La solución son las administraciones distritales y bastaría el interés por implementarlas adecuadamente, en el entendido de que esta reestructuración e implementación solo la puede hacer bien gente con experiencia y preparación en el tema. Para el Dr. Luís F. Aguilar, reconocido especialista en gobierno y administración pública, en la actualidad el problema no es el gobierno, sino el proceso de gobernar, primero gobernar al mismo gobierno y después a la sociedad. Solo falta inteligencia institucional, sencillamente eso y difícilmente localizable en los actuales cuerpos directivos. Urge entender que los ayuntamientos deben ser autosuficientes, deben dejar su mala costumbre de ser mantenidos de los otros dos órdenes de gobierno, nacional y estatal. ¡Sin inteligencia todo falla, todo lo importante está mal! Ni hablar.