A Fondo Jalisco
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Coyuntura Horacio Villaseñor Manzanedo La Aldea

Si no pueden controlar ni el muérdago ¡menos el coronavirus!

Por Horacio Villaseñor Manzanedo*

Desde hace décadas existe, en la metrópoli, la pérdida masiva de árboles en los limitados espacios verdes existentes a causa de una planta parásita, denominada muérdago, que vive sobre los troncos y ramas y que, a pesar de que a simpe vista, es fácilmente detectable, los ayuntamientos no han podido resolver. El problema no es el muérdago, el problema es, la ineptitud, la falta de capacidad de los directivos públicos que no saben qué hacer para controlarlo, argumentando tener pocos recursos disponiblesque en mi opinión tampoco el problema es de dinero, sino de falta de inteligencia institucional. Los problemas públicos de un Ayuntamiento son del Ayuntamiento, no de los directores públicos de las dependencias, entendido el Ayuntamiento como el espacio colegiado de regidores, equipo directivo, que debería ser un espacio institucional con suficiente capacidad para decidir, reestructurar y reorganizar la administración toda, incluyendo las finanzas, obvio, sin olvidar que el dinero no suple a la inteligencia. La realidad es que típicamente, ni los regidores ni sus equipos, son gente preparada para la función pública ni tienen la mejor experiencia en lo que hacen. Hace muchos años, más de treinta y tres, cuando inició mi interés por observar y estudiar las administraciones públicas municipales, erróneamente creía que los ayuntamientos no funcionaban porque, “la tropa”, los servidores públicos de base, eran gente floja, irresponsable y mañosa, pero con el tiempo me di cuenta y entendí que la mayoría de los trabajadores son personas de  gran calidad, valor ético y técnico, que si no dan el resultado deseado, es porque sufren la desgracia de tener, periodo a periodo, jefes, directivos públicos, amigos de alguien, improvisados que no saben ni entienden bien la función pública y mucho menos dirigen a la gente bajo su encargo, adecuadamente. El drama es que, “la tropa”, termina haciendo, periodo a periodo, lo que siempre ha hecho, con el mismo sueldo, sin la posibilidad de ocupar los cargos directivos y aguantando a sus superiores que en el mejor de los casos son gente buena, pero ignorante, que no les puede enseñar nada nuevo de la gestión pública. Pues con esos típicos equipos directivos, chafa, ahora hay que atender y tratar de ayudar paracontrolar, en los espacios públicos municipales,bajo su responsabilidadlos contagios de una epidemia. ¿Cuántas cuadrillas tendrán para ello? ¿Cuántas veces al día sanitizarán los mercados,panteones, rastros, edificios públicos, parques y jardines, calles, avenidas y calzadas de la ciudad? Si no pueden controlar ni el muérdago ¡menos el coronavirus!   

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