A Fondo Jalisco
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Horacio Villaseñor Manzanedo La Aldea

Sin inteligencia, al Ayuntamiento, ni seis años le son suficientes


Horacio Villaseñor Manzanedo*

No se equivoquen, a los ayuntamientos no les falta ni dinero ni tiempo, es la falta de inteligencia, de capacidad directiva para hacer lo que se debe hacer y lograr solucionar los problemas que son de responsabilidad exclusiva de los gobiernos municipales. Entiéndase que, si el Ayuntamiento no resuelve lo que le toca hacer solo a él, nadie más lo puede solucionar, lo que significa que es un grave error y una irresponsabilidad dedicarse a los que le es sencillo o preferible ante su impotencia, incapacidad y limitación de sus directivos públicos. Constitucionalmente, los ayuntamientos, tienen la obligación de solucionar los problemas relativos al agua potable, drenaje, alcantarillado, tratamiento y disposición de sus aguas residuales; el alumbrado público; la limpia, recolección, traslado y disposición adecuada de las basuras que se observen en las calzadas, avenidas, calles, paseos públicos, parques y jardines y su equipamiento; la dignificación de los mercados y centrales de abasto; panteones públicos suficientes, seguros e impecables; rastros adecuados; la seguridad pública básica, policía preventiva y tránsito; y el ordenamiento territorial, todos servicios muy necesarios para vivir felices. Lo demás, que hacen, y que no soluciona los problemas generales y de gran impacto, como regalar mochilas, uniformes, despensas, cobijas y apoyar el emprendimiento son solo “programitas” que sirven para mantener, a la facción política ganadora, sus clientes electorales, con el fin de mantener su votación, dejando de lado la responsabilidad que debieron asumir al protestar cumplir y hacer cumplir las normas como gobierno. Ese es el nivel de la clase política actual, sin clase, por cierto, sin preparación ni experiencia que solo les da, su “materia gris”, en el mejor de los casos para puras ocurrencias irresponsables, desperdiciando, malgastando, desaprovechando, arruinando y desgraciando lo limitados recursos públicos en puras tonterías. Créanme, hay más políticos mensos que sinvergüenzas, pero prefieren ellos que se crea que son lo segundo porque lo primero sí les duele, extrañamente, en nuestro país ser idiota es más grave. Las y los políticos y directivos públicos “chafa” que integran los actuales ayuntamientos que pronto terminarán, están entregando una metrópoli peor que como la recibieron, más insegura, más sucia, más caótica, más oscura, sin agua ni drenajes suficientes, llena de aparta-lugares, indigentes, ladrones, asesinos, una metrópoli, que, si llueve, se detiene, se inunda, se apaga, y pone, aún más, en riesgo y peligro a sus habitantes. La solución a todas las desgracias que hoy tenemos que soportar es simple, profesionalizar el gobierno, lograr que el gobierno gobierne, que la función pública funcione y que los directivos-servidores públicos sirvan, no a sus jefes sino a la ley, sencillamente, que se logren gobiernos eficientes, gobiernos que garanticen el derecho a una buena administración, pero sin inteligencia, ni tres, ni seis, ni todos los años le serán suficientes a un gobierno incapacitado. Gobernar, con inteligencia, es relativamente fácil, solo hay que lograr que el ingreso y el egreso hacendario sea el mismo y para ello sugiero 10 pasos. Paso 1: Profesionalizar la administración pública municipal. Paso 2: Aumentar la recaudación, el ingreso directo, y disminuir el gasto corriente. Paso 3: Pagar deudas heredadas y no solicitar empréstito nuevo alguno. Paso 4: Aumentar salarios de los servidores públicos. Paso 5: Deshacerse de todos los vehículos y equipos del servicio público con más de siete años de vida, sustituyéndolos por nuevos. Paso 6: Incrementar el patrimonio municipal, adquiriendo los terrenos necesarios que garanticen servicios públicos de calidad. Paso 7: Rehabilitar todos los mercados, unidades deportivas, parques y jardines, panteones, rastros, alumbrado público, pavimentos y oficinas existentes. Paso 8: Construir las redes de agua potable, drenaje, alcantarillado, plantas de tratamiento de aguas negras y basuras domésticas, mercados, unidades deportivas, parques y jardines, panteones, rastros, alumbrado público, pavimentos y oficinas que hagan falta. Paso 9: Ordenar el territorio, y Paso 10: Implementar un sistema de evaluación de la calidad de la administración y los servicios públicos. Jamás, un gobernante, dirá que no puede cumplir su encargo porque le falta inteligencia, dirá, siempre, que le falta dinero. Ni hablar.

Horacio Villaseñor* Es Master en Gobierno y Administración Pública municipal y estatal 

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