Iván García Medina
El proceso para elegir comisionados en el ITEI ya se convirtió en un festín obsceno. La presidenta del organismo Cynthia Cantero, ha quedado fuera de la casa, en la ventana, y como todos los jaliscienses solamente escucha y ve que adentro hay una violación política tumultuaria en la que se cometen abusos y excesos políticos equivalentes a los que cometieron sexualmente los famosos porkys de Veracruz contra una jovencita.
La historia es muy simple: Pedro Kumamoto, diputado presidente de la Comisión de Participación Ciudadana anda en su rollo y la elección de los dos comisionados no le interesa, según lo acusó en su perfil de twitter Augusto Valencia, el Porky número 1 del Congreso del Estado –a todas las convocatorias y en todos los procesos e instituciones quiere meter su sucia mano para meter a su hermano y sus amigas-; el ‘porky’ 2 es el presidente del PRI en el Estado de Jalisco, José Socorro Velázquez a quien yo entiendo que en su grupo político le habían enseñado a ser pulcro pero lo olvidó, porque él es el que se adueñó del proceso selectivo en el ITEI, para favorecer a su yerno Miguel Ángel Hernández, secretario de ese instituto de transparencia. Lo que hace Socorro Velázquez es asqueroso; el porky 3 es el secretario de gobierno Roberto López Lara, que no tiene vela en el entierro pero le ayuda al famoso Coco Velázquez, mientras este y su yerno se dan a la repugnante tarea de violar frenéticamente el proceso.
¡Ah! Y habiendo cometido la violación tumultuaria, el yerno de moda, Miguel Ángel Hernández, juez, parte y actor, ya manoseó tanto, que ahora el proceso se repone para que sean electos ¡faltaba más! Quienes ellos decidan.
¡Qué desaseo!, ¡que espectáculo de cinismo! traen Pedro Kumamoto, José Socorro Velázquez, Augusto Valencia, el yerno consentido Miguel Ángel Hernández, y quien tiene la obligación de velar porque todo esté bien, Roberto López Lara, secretario de Gobierno, “le echa aguas” y ríe, al Coco Velázquez, presidente estatal del PRI.
¡Ándele! Igualito que hicieron los porkys de Veracruz en su fiestecita con una jovencita.
Luego las broncas le estallan al gobernador Aristóteles Sandoval al que quién sabe qué cuentos le cuente su secretario de Gobierno.
¡Pufff!
