Todos los malabares que usted se pueda imaginar, está realizando el corruptazo pero amiguero David Gómez Álvarez para tratar de quedarse cobrando y lucrando en la enésima chamba simultánea que posee, en el Comité de Participación Social del Sistema Estatal Anticorrupción. Sus actividades circenses, son patéticos; su desvergüenza raya en lo deplorable, y ahora aprovechó una tregua que pidió y aceptó el gobierno del Estado, para tratar de conseguir firmas que lo respalden para quedarse en el cargo donde ya es investigado.
Ahora lo que investigan a esta especie de Juan Collado es el por qué de sus constantes viajes al exterior del país, quién los financia, de dónde se pagan y las razones del destino. Por ejemplo, el corrupto multichambista que está por ello lleno de conflicto de intereses, viaja mucho a paraísos fiscales, entre ellos Panamá -recuérdense los Panamá Papers- y dice vivir con absoluta modestia.
Ya nada más falta que el corrupto David Gómez Álvarez salga como Jorge Arana y les diga a los jaliscienses: “estamos jodidos”.
Bueno, hoy un diario local publica una carta firmada por dos mil, o cien mil personas -obvio que no son muchas-, pero no contienen las firmas que buscó el pillo de siete suelas Gómez Álvarez. De hecho anda suplicando apoyos de presidentes de órganos autónomos, semiautónomos, y de fiscalización gubernamental pero nadie lo respalda públicamente.
Es que este corruptazazazo es indefendible e impresentable. Yo no sé qué van a hacer quienes lo defienden porque ya las fiscalías pidieron informes de sus cuentas, de sus ingresos, de sus múltiples sueldos sin trabajar, de sus constantes viajes al extranjero, etc.
A ver qué hacen. Este no trae antifaz nada más porque se lo embolsó en su bolso izquierdo sin que viera nadie. Ya nada más falta que venda el Lago de Chapala.
Ya se va. Apuéstele. Se va.